“Desde que me hablaron del metro dije que no me iba a oponer, porque me parece excelente que cambiemos la movilidad, que la ciudad se modernice"
Más que un cambio, lo que siente Luz Marina León estar viviendo, hace tres años, en su vivienda de Villa Claudia, es una evolución. Fue aquella vez, el 26 de junio de 2019, cuando al mudarse del barrio que habitó por más de cuatro décadas cerró definitivamente un ciclo.
Aunque guarda los mejores recuerdos de sus vecinos en El Pastrana, cuenta que cuando de la Empresa Metro, “hace como cinco años”, le hablaron del proyecto, y le explicaron que el viaducto pasaría por su casa y una estación quedaría justo en el conjunto residencial en el que vivió casi toda su vida, pensó que era la oportunidad de cambiar.
“Yo soy más bien desprendida. Vi la oportunidad de cambiar y dije: hagámoslo, y más si es para que Bogotá evolucione”, apunta.
Y así fue. Luz Marina, quien es profesora de artes en el colegio Class de la localidad de Kennedy, tiene ahora, en el apartamento al que llegó luego de ser reasentada, más espacio para sus pinturas, balastros y el resto de los materiales que le sirven para su profesión de docente.
“Desde que me hablaron del metro dije que no me iba a oponer, porque me parece excelente que cambiemos la movilidad, que la ciudad se modernice. Será una fuente de ingresos para muchos ciudadanos, por el turismo que traerá. Y en Bogotá hay bastante para conocer: museos, bibliotecas, parques públicos, centros comerciales”, comenta.
La profesora Luz Marina, por el metro de Bogotá tiene más que un sentimiento de cariño y gratitud. Afirma que existe una fuerte conexión, que incluso le dio para recomendarle al gerente de la EMB, Leonidas Narváez, en un evento de rendición de cuentas con la comunidad, realizar una actividad que hoy recorre las localidades por las que pasará la Primera Línea, y que se llama: Recorriendo Nuestro Metro.
“Ese día me llamó la atención la instalación de un juego que el gerente lideró, lanzando un gran dado para que las personas resolvieran retos sobre el metro. De inmediato le dije: ingeniero Narváez, por favor lleve esto al colegio Class, también se lo dije a la alcaldesa, y cumplieron”, afirma, en tanto recalca que “los jóvenes de hoy serán los principales usuarios del sistema de transporte, para ir a sus colegios, universidades, ir de un lugar a otro, conocer la ciudad. Qué bonito será conocer Bogotá en metro”.
Luz Marina ya tiene, sin duda, un lugar privilegiado en la historia del metro y en la cultura ciudadana que se construye alrededor de él. Lo llevó a su colegio, para que los niños lo conocieran y quisieran tanto como ella lo hace. Ahora sueña con ser de las primeras pasajeras, en 2028, cuando sea inaugurado.
