Una Senda sobre rieles

¡Un llamado se ha escuchado!

Se necesita de un grupo de personas, un grupo destinado a dar lo mejor de sí para buscar un único fin, calidad de vida para aquellos a su alrededor a través de algo nunca visto, algo que solo podía existir en la imaginación y que solo algunos en otros mundos han tenido y disfrutado, un Sistema Metro y una Familia Metro.

¡Un llamado ha llegado y una Senda se abrió ante nuestros ojos!

La Senda no solo se presenta para este mundo, se presenta para todos los mundos. Aunque en un principio nadie lo sabe, la Senda será todo aquello que necesitan para que los sueños se hagan realidad. La llaman en las historias antiguas, la Senda de la Integridad.

Así que la oportunidad se presentó para materializar ese sueño para todos y todas. Pero para esto es necesario crear un grupo que tenga una capacidad excepcional, un fuerte deseo por lo correcto y la energía suficiente para conseguirlo. Pues sobre ellos descansan no solo sus sueños sino los sueños de todo su mundo. El Sistema Metro descansa también sobre ellos.

¡Un llamado ha llegado y es hora de transitar aquella Senda!

El grupo se reunió, compuesto por un líder -la persona experta en integridad y transparencia-, el explorador – aquella persona hábil en implementar ideas y materializarlas –, el guía – quién que no teme relacionar y comunicar sus ideas y las de su equipo y, finalmente, el cartógrafo – esa persona que dice que camino es el mejor para transitar.

La preparación es esencial para afrontar cualquier reto ¿verdad?, y la Senda así lo requiere, por eso se encarga de preparar este grupo. La Senda inicia poniendo a prueba su voluntad y sus conocimientos a través de la pregunta ¿Quién quiere ser explorador?, después los obliga a calibrar su brújula, pues entiende que, aunque haya un cartógrafo, es importante que todos mantengan en su mente y en su corazón el objetivo que están buscando. Luego, viendo de lo que es capaz este grupo y su potencial, les entregó su álbum y les compartió su saber.

¡El grupo está listo! ¿Y, si de ahora en adelante les llamamos “Nuestros Senderistas”?

En la travesía que la Senda propone, Nuestros Senderistas se encuentran con 5 objetos. 5 flores que, al parecer, a quienes estén bajo la influencia de su aroma, hace que perciban la realidad desde otra perspectiva. No es un descubrimiento casual, la Senda lo ha dispuesto así, pues, aunque no parezca, estas flores son indispensables para que quienes trabajan por este Sistema Metro jamás pierdan su rumbo. Valga aclarar que estas flores han sido dispuestas para todos y todas que transitan la Senda.

Las flores, según el conocimiento otorgado por la Senda, reciben los siguientes nombres:

• La flor del Respeto, de color morado, que hace que quien esté a su alcance le permita reconocer, valorar y tratar de manera digna a todas las personas, con sus virtudes y defectos, sin importar su labor, su procedencia, títulos o cualquier otra condición.
• La flor de la Honestidad, de color blanco, que permite actuar siempre con fundamento en la verdad, cumpliendo mis deberes con transparencia y rectitud, y siempre favoreciendo el interés general.
• La flor del Compromiso, de color azul, que hace a la persona consciente de la importancia su rol y la pone en disposición permanente para comprender y resolver las necesidades de las personas con las que se relaciona en sus labores cotidianas, buscando siempre mejorar su bienestar.
• La flor de la Justicia, de color rojo, que hace actuar a la persona con imparcialidad garantizando los derechos de las personas, con equidad, igualdad y sin discriminación.
• La flor de la Diligencia, de color amarillo, que hace a la persona cumplir con los deberes, funciones y responsabilidades asignadas a su cargo de la mejor manera posible, con atención, prontitud, destreza y eficiencia, para así optimizar el uso de los recursos de este Mundo.

Nuestros Senderistas toman este regalo y deciden compartirlo con su Familia, y lo hacen a través del clan del que proviene el cartógrafo. El clan de gestores de integridad que fue creado para mantener la ética y el buen actuar de toda la familia. Ellos plantan un gran jardín con estas flores en donde los vientos se cruzan para que el aroma que se desprenda pueda alcanzar hasta el más mínimo rincón del lugar en el que viven. Además, crean un recorrido al que llaman “Tour de la Integridad” del que todos hicieron parte en su construcción. Es un gran paisaje colorido y agradable a los sentidos.

Nuestro grupo continúa su camino, pero al volver la vista, se percatan que algo no está funcionando, no saben explicarlo con palabras, pero sienten que hay un riesgo latente que puede amenazar todo por lo que han trabajado hasta ahora. Se percatan que el jardín que construyeron los Gestores muere de a poco, algo hace que el aroma de las flores pierda su efecto gradualmente. Un mal de origen desconocido pero que ha acabado con incontables mundos. Todos y todas han sido testigos de sus nefastos efectos. Es un mal que corrompe los corazones. Aun así, algo en su interior les dice que no es momento de abandonar la Senda.

Su constancia es recompensada, pues en la Senda encuentran la respuesta, un Código, un libro. En él están escritas las instrucciones para revivir, cuidar el jardín y acabar con este mal de origen desconocido. Pero para llegar a él, deben apoyarse en quienes más dependen de ellos.

La Senda entonces los lleva a recoger sus pasos, a no olvidar lo más importante, la razón de haber emprendido este camino. Tampoco deben olvidar que absolutamente todas las ideas son importantes, hasta la más mínima. Por eso deben aprender a comunicarse con todos y todas sin excepción. La clave para encontrar el Código está en saber escuchar, porque escuchando se puede realmente construir o llevar a cabo una empresa exitosa. Ellos comprenden el valor de esta lección y se vuelven diestros en el arte de escuchar y el arte de comunicarse con todos y todas, no solo con su Familia Metro, sino con todos los habitantes de este mundo, incluyendo a todos los grupos en que ellos se han organizado, de esta manera, juntos logran construir el mapa que lleva al Código.

Después de un largo camino, logran encontrar el Código y descifrar su contenido, el mal desconocido sigue avanzando, lo hace sigilosamente, no es fácil percibirlo. Pero no es imposible detectarlo, hay señales, tenues pero existentes. Solo los ojos atentos pueden percibirlas. Solo esperemos que la estrategia de defensa que Nuestros Senderistas crearon, desde su experiencia en la Senda, sea efectiva para contenerlo pues sólo el Código podría eliminarlo. Los Gestores trabajan arduamente en ponerlo en marcha, lo denominan, “La Alerta anticorrupción”.

Finalmente, Nuestros Senderistas alcanzan el punto señalado en el Mapa, lo encuentran en un lugar que alguna vez sirvió para almacenar conocimiento antiguo pero poderoso. En él encuentran todo lo que necesitan saber, todo sobre las flores que encontraron, algunas recetas para fabricar pociones y potenciar el efecto de su aroma y, al terminar, la solución para erradicar de una vez por todas este mal de origen desconocido. La amenaza puede desaparecer y el sueño puede cumplirse, cada vez se vuelve más real el anhelado Sistema Metro.

Ahora vemos a Nuestros Senderistas entregarle el Código a los Gestores, para que ahora se vuelva su razón de ser y de actuar, para que a través de ellos la Familia Metro aprenda a fabricar el material del que están hechos los sueños que se hacen verdaderamente realidad.

La Senda se cierra ahora. Cumplió su objetivo inicial, el compartir uno de sus más valiosos tesoros.

Es momento para una pausa, Nuestros Senderistas han tenido un largo recorrido y deben seguir trabajando para transmitir a su familia a quienes habitan este mundo las lecciones que han aprendido durante su tiempo en la Senda.

Por el momento, es el legado que se deja a esta y a las siguientes generaciones. Un Código y un Jardín con el poder de eliminar todo mal que afecta lo que es de todos y todas, y potencia nuestras cualidades.

¡Sigamos trabajando en su cuidado!